La Semana Santa de Zamora, de Interés Turístico Internacional muestra una enorme sobriedad y una estética medieval impresionante, más aún con el canto del "Miserere mei Deus", entonado por un coro de hermanos, al Cristo Yacente, en la Madrugada del Viernes Santo.
Este acontecimiento tan vistoso, dramático y sobrecogedor, tiene lugar en la Plaza de Viriato que, en la oscuridad de la noche, abarrotada de público, es iluminada por las velas de más de mil Hermanos que, formados, ven desfilar solemnemente a Cristo muerto, una talla de la primera mitad del siglo XVII y que se atribuye a Francisco Fermín, discípulo del imaginero Gregorio Fernández, grandioso escultor de la escuela barroca castellana.
DALE AL PLAY
No hay comentarios