¡Qué cosas tienes El Rocío! Hace unas semanas os hablábamos del caso de cuatro jubilados vascos que emprendieron el viaje de peregrinación a El Rocío acompañados de dos mulas, llamadas Chula y Charo.
Estas particulares peregrinas, y sus otros cuatro compañeros de fatigas, ellas más fiables que un todoterreno y alimentadas de alfalfa en lugar de gasoil, tras 41 días de camino y 1100 kilómetros de distancia desde el País Vasco hasta Almonte, llegaron el pasado miércoles, a cuatro patas, a su destino final pese a que ha habido grupos animalistas que han querido dar al traste con esta romántica y fervorosa idea.
Las jóvenes mulas, de 6 y 5 años de edad, ya pueden decir que son rocieras. Han hecho jornadas con medias de 26 kilómetros de distancia recorrida (salvo la etapa de Badajoz, que se alargó a 35 kilómetros o la de Gelves a Coria del Río, de tan sólo 6 kilómetros) caminando cinco días y descansando uno (si llovía, pues alguno más se daban de asueto).
¿Lo más emocionante de todo? Las muestras de cariño que han ido recibiendo allá por donde han pasado por las buenas gentes que han tenido en sus encuentros, como cuando un ginecólogo de Mérida fue a recibirles y les dijo: "¡Estáis uniendo España!".
En esa misión para descubir a "la buena gente del país" han sido esenciales las dos mulas.
Ahora, para Chula y Charo, comenzará una nueva etapa pues el plan de los peregrinos es venderlas en El Rocío a algún mulero local.
¡Seguro que en El Rocío, al lado de la Blanca Paloma, pastando y andando por las Marismas, estarán mejor que apesebradas en un establo!
¡Qué cosas tiene El Rocío!
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