Viendo a Jesucristo así representado, vemos la miseria en la que se convierten y viven los golpeados y los abatidos de cuerpo y espíritu. Vemos, asimismo, hasta qué punto el hombre puede llegar a ser cruel e inhumano sojuzgando al más desvalido.
Por otro lado, Cristo, que ha sido humillado por los hombres no pierde su condición de Rey de Reyes pese a las vejaciones a las que ha sido sometido.
Jesús, todo grandeza, todo Amor, se dejó azotar y ridiculizar por nosotros. Los que sufren en este mundo son su viva imagen. Pero Jesucristo, Misericordia en todos los sentidos, está siempre ahí como referente de nuestra esperanza.
Foto: Jacobo de la Rosa Santos
Imagen: Francisco Romero Zafra (Ecce Homo)
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