CANTO AL GRAN PODER
Jueves Santo, Madrugada
por las calles de Sevilla,
el reflejo en la pared
del Gran Poder me hipnotiza.
Sin pestañear, siquiera,
pienso que vivo soñando
y soy feliz en mi sueño
al sentirlo sevillano.
No camina hacia el Calvario,
tiene casa en San Lorenzo
de donde sale y regresa
con el amor de su pueblo.
La callejuela el farol
apaga, cuando regresa
el cansancio ya lo agota
¡hasta la luz le molesta!
La rubia llama del cirio
el viento extingue de un soplo,
la luna corre cortina,
la penumbra vela el rostro.
Consuelo de la tristeza
¡no lo pares capataz!
está llorando Sevilla
¡el dolor puede matar!
¿Qué te guía penitente
tras los pasos del Señor
con tantas cruces al hombro
y descalzo en procesión
con vejigas en los pies
y calambres por los brazos
en tan dura penitencia?
¿qué le pides tras del paso?
Al silencio por respuesta
ni los ojos pude ver
siempre fija la mirada
en Jesús del Gran Poder.
¡Ay, Gran Poder
La huella de tu pisada
queda hundida en el clavel!
¡Ay, Gran Poder,
cuánto daría este Cielo
por tenerte a Ti con él!
Autor: José Ritoré Río (Letra y música)
El Poeta de Triana: El Poeta Cofrade
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