Parece que la unión entre Pasos de Semana Santa y flores es algo que vemos
como tradicional, normal y necesario dado que la belleza de formas y colores de
las flores, así como su aroma, refuerzan la majestuosidad de los Pasos y las
Imágenes Sagradas de los Titulares.
Es tal la unión que establecemos entre flores y Pasos, que las Cofradías
miman cómo quieren que sea el exorno cada año y fijan, como ha de ser lógico,
una identidad propia, un estilo definido.
Entre las flores más usadas
están los claveles y las rosas sin olvidarnos del uso de flores silvestres
(sobre todo en los Calvario) y cómo van desapareciendo los gladiolos (casi
inexistentes) aunque todavía hay opciones más arriesgadas que combinan todo
tipo de flores (que esto no es raro) con algún elemento artificial añadido (que
esto sí que es más discutible en el adorno). Sin embargo, en líneas generales,
tienden a hacerse las cosas con gusto y sentido común (pese a excepciones que
las hay).
Aunque
el clavel es la flor más usada, no es la flor tradicional en el exorno de los
Pasos de Semana Santa y hoy comienza a haber una recuperación de modas pasadas como
el uso de corchos o variedades florales (que sí son las verdaderamente
tradicionales).
Ciertos gustos, en determinados momentos, imponen
tendencias (modas) como sucedió hacia el primer cuarto del s.XX cuando se
empezó a usar el clavel, circunstancia que se acentuó tras la Guerra Civil.
Antes
de la Guerra Civil, no había exorno floral y no me refiero a remontarnos al
s.XVI (que hay grabados en los que aparece la Hermandad del Silencio, de
Sevilla, sin flores). De hecho, en el s.XIX, el pintor sevillano Manuel Cabral
Bejarano representó una escena en la que aparece la Hermandad de Montserrat,
sin exorno floral, aunque ya por entonces comenzaba a haber flores pero
reducidas a los jarrones, algo que se mantuvo hasta aproximadamente los años 40
del s.XX.
Viernes Santo en Sevilla
(segunda mitad s.XIX)
Manuel Cabral Bejarano
Antiguo Paso de la Sentencia de la Hdad. de la Macarena
(Principios del s.XX)
En
concreto, para exornar los Pasos de Cristo lo normal era usar trozos de corcho
o madera (imitando piedras) que se combinaban con especies vegetales dispersas
para recrear el aspecto desangelado del Monte Gólgota.
Cristo de la Exaltación (Sevilla)
Hacia principios del s.XX.
Desde 1939, sin embargo, el empleo de montes (y
no sólo montes) forrados de claveles rojos se hará cotidiano pero, pese a creencias
populares que argumentan que el clavel rojo se pone porque representa la Sangre
de Cristo (atribuyendo erróneamente a las flores una simbología igual a la de
los colores de las ropas litúrgicas, que lo uno no tiene que ver con lo otro,
diciendo que una flor morada representa la Pasión del Señor o la flor blanca la
pureza de la Virgen), realmente el clavel rojo y su uso en los Pasos de Semana
Santa tuvo una connotación política (desde la Democracia felizmente
desaparecida), y es por lo siguiente:
Dado
que la canastilla era de oro (amarillo) y los faldones eran rojos (en algunos
casos), el clavel rojo en este conjunto representaba los colores de la Bandera
de España (y, hay que decir que por aquella época a los Pasos procesionales, se
les recibía con el brazo en alto, modo de saludo fascista). Eran así las cosas,
que algunas Hermandades que tenían sus faldones morados (evidentemente las
había), para no “representar” los colores de la bandera de la II República, en
lugar de usar claveles rojos, optaron por los lirios morados.
Esta
moda que comenzó en Sevilla, se extendió por el resto de España. Y aún así,
hubo Cofradías que mantuvieron la auténtica tradición de sacar Pasos de
Crucificados con montes “de piedra” como la Hermandad del Calvario; otras como
el Misterio de Jesús ante Anás llegó a los años 70 sin flores (que era lo común
en los Pasos de Tribunal); o el Nazareno del Valle mantuvo flores variadas como
había sido habitual en los años 20 con los Cristos camino del Calvario.
Antiguo Paso de Tres Caídas
(principios del s.XX)
Antiguo Paso de Ntro Padre de Jesús del Silencio
de la Hermandad de la Amargura
Cristo del Buen Fin (Sevilla)
hacia los años setenta del s.XX
Dicho esto, unas
últimas reflexiones:
-No es necesario
buscar en el cromatismo (color) de las flores, argumentos que justifiquen su
uso, porque lo que es más correcto decir es que la flor, sea la que sea por
color o por variedad, es simple y llanamente un símbolo de la Redención de los
pecados y el paso hacia una nueva vida.
-Todo
el artículo no pretende desterrar el uso del clavel, ni mucho menos, pues los
gustos, las costumbres dice un dicho que “se convierten en leyes”, simplemente
se quiere dar una visión general respecto del exorno floral en los Pasos de
Semana Santa y decir qué es lo tradicional, qué es lo que se ha convertido en habitual
y qué es lo que se está recuperando.
-Todo
es válido siempre que se haga con gusto y coherencia aunque evidentemente
cuanto más se tienda a lo natural y realista, más sentido tiene y menos
artificioso es lo que el Paso procesional representa.
No hay comentarios